INTERVIEW
Enero 25, 2024

La resolución de disputas es un arte y una ciencia

Un oficial sénior de Resolución de Disputas reflexiona sobre los desafíos —y beneficios— de convocar a las partes para resolver problemas de manera colaborativa

The World Bank

Scott Adams

Par Jennine Meyer 

Scott Adams se unió al Mecanismo de Responsabilidad del Banco Mundial como oficial sénior de Resolución de Disputas a fines del año pasado. Antes de esa fecha, estuvo  a “préstamo” por parte de la Oficina de Asesoría, Cumplimiento y Ombudsman (CAO) durante su comisión de servicio  supervisó los primeros casos de resolución de disputas presentados al Mecanismo de Responsabilidad. Adams, abogado de profesión, es ampliamente reconocido en la comunidad internacional de rendición de cuentas. Después de casi 30 años de trayectoria, sigue aportando optimismo a un campo que puede ser polémico. En esta entrevista del boletín Accountability Matters, sobre la base de sus experiencias con comunidades de Bangladesh, Camboya, Camerún, Georgia, Mongolia, Uganda y Uzbekistán, explicó cómo la resolución de disputas puede contribuir a la rendición de cuentas. “Se pueden hacer muchas cosas sin un mediador”, dijo. “De hecho, la gente negocia todos los días sin la presencia de terceros. Esto se vuelve más difícil cuando hay un conflicto de larga duración que se ha intensificado. Es entonces cuando una tercera parte neutral puede resultar útil”. La entrevista se editó en aras de la brevedad y claridad.

 

¿Cómo le explicaría la resolución de disputas a alguien que no sabe nada al respecto?

Tengo que hacer esto de vez en cuando con mis amigos y familiares.

En el contexto del Mecanismo de Responsabilidad, se ofrece la resolución voluntaria de disputas con respecto a quejas elegibles.  Nuestra oficina recibe reclamos de comunidades afectadas por proyectos de desarrollo del Banco Mundial. Esto significa que, si la comunidad y el Gobierno que ejecuta el proyecto están de acuerdo, podemos brindarles un proceso de mediación para ayudarlos a encontrar soluciones aceptables para todas las partes y que sirvan para resolver las problemas planteados en el respectivo reclamo. En la mayoría de los casos, se trata  de cuestiones ambientales y sociales, por ejemplo, pueden ser los impactos del proyecto en el abastecimiento de agua local, el reasentamiento o la adquisición de tierras, las repercusiones en los medios de subsistencia, los efectos en los trabajadores y las condiciones laborales, etc. Durante el proceso de resolución de disputas, nosotros facilitamos el diálogo; no imponemos soluciones o recomendaciones. Tratamos de ayudarlos a alcanzar un acuerdo mutuo.

 

En la Oficina de Asesoría, Cumplimiento y Ombudsman (CAO) de la Corporación Financiera Internacional (IFC)/Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (IFC/MIGA), usted se centró en la resolución de disputas en casos del sector privado. En el Banco Mundial, usted se focaliza en casos del sector público. ¿Existen diferencias importantes?

He comprobado que por parte de los clientes, los gubernamentales son mucho más complicados que los del sector privado. En una empresa, generalmente, existe una jerarquía bien definida: quién forma parte de la empresa, y qué hace en su trabajo, y quién no.

Un Gobierno es obviamente una entidad grande, y en la mayoría de los países, el Ministerio de Finanzas es el principal encargado de los aspectos financieros de los acuerdos con el Banco Mundial. Pero el organismo de ejecución, y puede haber más de uno, dependerá del proyecto. Si se trata de un proyecto hidroeléctrico, puede ser el Ministerio de Energía; si es una carretera, puede ser el Ministerio de Transporte. Además, es posible que haya otras partes interesadas del Gobierno involucradas o que desempeñen una función regulatoria. Si se está construyendo una nueva carretera, quizás podría participar también el Ministerio de Medio Ambiente, aunque no lo haga directamente en la implementación del proyecto. En resumen, es mucho más complejo averiguar quién es quién y cuáles son sus intereses. Luego tenemos que andar con cuidado para respetar la soberanía de los Gobiernos y no cometer inadvertidamente un error político o dar un paso en falso.

En el sector privado, sin importar lo que esté pasando, el objetivo de las empresas es ganar dinero. Ese interés es común en casi todas las empresas con fines de lucro, mientras que los Gobiernos pueden tomar decisiones por muchas razones diferentes, ya sea impulsados por su misión, motivos políticos, cambios en la administración o incluso egos individuales.

 

¿Cuál es la idea errónea más importante con respecto a la resolución de disputas?

Se me ocurren dos cosas.

La primera suele aparecer cuando nos presentan a las partes. Se asume que nuestro rol es tomar una decisión, para establecer lo correcto y lo incorrecto o determinar los hechos, algo que no hacemos. Nosoltros somos imparciales y neutrales. Facilitamos las conversaciones de la negociación para ayudar a las partes a alcanzar un acuerdo. Esa es probablemente la principal idea errónea: las personas piensan que somos un tribunal, un juez, un árbitro o una entidad experta que ha venido a decirles lo que tienen que hacer.

El segundo concepto erróneo tiene relación con la función de los mediadores. No hay nada mágico. La teoría y las investigaciones sobre la resolución de disputas y la negociación respaldan lo que hacemos. En las actividades de capacitación en mediación se adquieren habilidades y se aprenden técnicas. No es sólo un proceso prescrito - es  un arte y una ciencia a la vez. La intuición y la creatividad son igualmente importantes. Mediadores con similares competencias pueden adoptar diferentes estrategias en distintos momentos.

 

¿Cuál es el momento más complicado que ha enfrentado durante un caso de resolución de disputas?

The World Bank
Es una pregunta difícil porque hay muchos.

En un caso, estábamos reunidos con un grupo de pescadores afectados, y una multitud de al menos 100 personas comenzó a juntarse en la playa. Estos grupos tenían conflictos entre sí. Cada uno estaba tratando de contarnos su versión de la historia, y todo lo que nos decían se hizo a través de intérpretes.. La conversación fue acalorada. Yo estaba muy preocupado de que la situación se tornara violenta y de sacar a nuestro equipo sano y salvo, además de no ser la causa indirecta de que las personas se hirieran unas a otras. Estábamos tratando de escuchar, responder y hacerles saber que queríamos escuchar a ambas partes y, al mismo tiempo, ser conscientes de que podría tornarse violento en cualquier momento.

En otro caso, nos encontrábamos en medio de una sesión conjunta de mediación y un grupo de periodistas irrumpieron en la sala y exigieron que se les permitiera filmar un proyecto de interés público. Tuve que pedirles cortésmente que se fueran. Por suerte, había un papelógrafo justo al lado mío en que estaban escritas algunas reglas básicas en que se mencionaba la importancia de la confidencialidad. Apunté hacia eso. Los periodistas abogaron por la libertad de prensa. Entonces, dejamos que las partes decidieran, y las partes dijeron: “¡Está bien! Que se queden. No tenemos nada que ocultar”. Las personas se comportan de manera muy diferente frente a las cámaras de televisión. No pudimos evitar que ocurriera un desastre. Como era de esperar, las cosas se salieron de control.

Aparte de los ejemplos anecdóticos, es importante señalar que existen desafíos comunes que a menudo encontramos en todos los casos, como desequilibrios de poder, posibles amenazas o represalias contra los participantes durante el proceso y desacuerdos o conflictos entre los miembros de la comunidad afectada.

 

¿Qué le motiva a hacer su trabajo?

Es un cliché, pero me siento afortunado de tener un trabajo en el que puedo marcar una diferencia. No marco una diferencia todos los días o en todos los casos, pero cuando lo hago, produce un factor sorpresa.

Nuestra labor es servir a las comunidades afectadas y a los asociados y clientes del Banco. En los días difíciles, los buenos colegas y pares son realmente los que te motivan a seguir adelante.

 

Según su experiencia, ¿qué motiva a las comunidades a participar en un proceso de resolución de disputas?

Lo que motiva a las comunidades es presentar una queja en general, no que se relacione específicamente con el cumplimiento o una resolución de disputas; según mi experiencia, es un último recurso. Las personas han recurrido a tribunales nacionales, protestado, escrito cartas, interactuado directamente con la entidad a cargo de la ejecución del proyecto, realizado campañas en los medios de comunicación u otras cosas. Ello no ha funcionado, o bien no se sienten seguras de presentar un reclamo. Pueden también carecer de los recursos para intentar estas cosas. Con frecuencia, se trata de un acto de desesperación porque no saben a quién más recurrir y creen que el Banco Mundial puede ayudarlas.

En el caso concreto de la resolución de disputas, resulta atractiva para ambas partes porque es un proceso participativo y sienten que mantendrán algún grado de control. Nadie los obligará a hacer nada. Tienen voz y capacidad de acción, por lo cual les parece muy interesante. A muchos también les gusta el aspecto de la confidencialidad.

 

¿Por qué la independencia es tan crucial en la resolución de disputas?

A menudo, nos preguntan por qué la Administración del Banco no puede llevar a cabo esta labor. En muchos casos, las personas llaman a la oficina local del Banco Mundial y expresan sus inquietudes, y luego el problema se resuelve. Nosotros fomentamos que esto suceda.

Pero hay otros casos en los que un cuerpo independiente y neutral puede ser útil. Necesitamos independencia por las mismas razones que nuestros colegas de los IAM (mecanismos independientes de responsabilidad) que trabajan en el área de cumplimiento, como el Panel de Inspección. Debemos ser capaces de emitir juicios profesionales y decidir por nuestra cuenta, sin la influencia de la Administración del Banco Mundial.

Al Banco Mundial le interesa defenderse a sí mismo, defender su participación financiera en sus proyectos y sus relaciones con los Gobiernos receptores. Tenemos que apartarnos de eso para que todas las partes confíen en nosotros y nos consideren un mecanismo imparcial y neutral.

 

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